miércoles, 19 de agosto de 2009

“El hombre es un animal racional” (Aristóteles)
“El hombre es una pasión inútil” (Sartre)

Shexaua

iontaxanaxaec qamipiguelo qa’a llaq ñeeptaqtaque
kar’ uenek na rooqshe lawel
ye’e qadaqtaek za jaiajnac
qa chexo’oktaguehe
jin mi’taqtaeque so qarr’uo’o jn’ki’ipi
jn ienam sojielaeq
kallye’e kaiyegue so qal’l qal’laqa jlia
qa’a lla q’ queta’a
te’e jnneknaxaek
iaqa’a ti jlpijna’a jltaraek
lotaeque so jiki’i jandaqa
lewuaxaekpi
shee’enam shigui’iaek leguemaxaek

Άντροπως

logistas nos pisotean
pero aún cazamos
dentro la cultura eurocentrista
vuestra sincronizada etimología desconocida
espíritus inválidos extinguidos
aquella mi música llorada ante aquella espada
clavada en nuestra espalda
borraron nuestra propia sombra
pero aún reencarnecida
noches híbridas
seres malvados con enfermedades detonantizadas
mis imágenes paralíticas muertas
que parezco bestia híbridopensante

Víctor Zárate (Formosa)

2 comentarios:

maria eugenia dijo...

Víctor, maravilloso tu poema: es político sin someter su belleza, es emotivo y hondo sin ser quejoso, es -algo raro en la poesía actual- un poema necesario.
Contra el monolinguismo del otro, que impone su lógica (las palabras siempre son un recorte del mundo, la sintaxis una forma de alinear el pensamiento), en ese lugar desplazado que has encontrado vos, en el espacio-entre los dos idiomas, se juega una batalla que, como diría Derridá (autor que te recomiendo, franco-maghrebí), ningún guión apacigua.
Gracias por haberlo compartido en este espacio, un abrazo grande desde mendoza

maria eugenia dijo...

che, me gustó tanto que busqué la cita exacta de Derridá, está en "El monolinguismo del otro". Dice:

"El silencio de ese guión no pacifica ni apacigua nada, ningún tormento, ninguna tortura. Nunca hará callar su memoria. Incluso podría llegar a agravar el terror, las lesiones y las heridas. Un guión nunca basta para ahogar las portestas, los gritos de ira o sufrimiento, el ruido de las armas, los aviones, las bombas"

Todo esto es a propósito de la colonización del Mahgreb por parte de los franceses, a la pérdida del idioma (la manera de pensarse y de pensar) por la presión transculturizadora de lo que llama "la lengua del amo". Él se lo plantea a partir de la pregunta ¿qué es ser franco-maghrebí?, pero bien podríamos pensarlo nosotros, con esa borradura violenta de todo cuanto nos precedía.