Un gato hace equilibrio
en la endeble cuerda
del destino.
Teje el azar de su vaivén,
sorteo de piélago roer.
Maúlla sin consuelo
hasta llegada la noche,
cuando sus uñas se suelten
y se desplome al vacío.
Darío A. Molina (SAN LUIS)
miércoles, 29 de abril de 2009
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3 comentarios:
mucho mejor Darío! beso
No concuerdo que en el destino haya vacío, porque si bien en muchos aspectos y en determinados momentos podemos tener esa sensación de avismo, siempre hay un devenir constante de situaciones a la que nos vemos enfrentados de acuerdo a la predisposicion que tenemos.
Me gustó la manera que lo manifestaste.
un buen poema. el vacío, no hagas caso, es hermoso tambien.
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